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Marruecos es uno de los principales productores de cannabis de todo el mundo

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Miles de marroquíes se dedican al cultivo del cannabis. Por estas fechas, con la cosecha recogida, empiezan a trabajar las plantas. De su fruto saldrán toneladas y toneladas de hachís. La mayoría de ellas recalarán, como cada año, en las costas canarias y las andaluzas. Sin perder el ritmo. Así apalean una y otra vez la planta del cannabis miles de marroquíes en el norte de Marruecos por estas fechas. Del fruto de su cosecha saldrán, después de trabajarla, toneladas y toneladas de hachís. Lo hacen al son de la música gnawa, la de los esclavos africanos. Una música mágica impregnada de un profundo simbolismo. Son los cultivadores de cannabis, miles en todo Marruecos. Según los últimos datos oficiales, cerca de unas 100.000 familias, con más de 800.000 miembros viviendo del negocio.

Chaouen, en pleno Rif marroquí, es una de las zonas donde más plantaciones se pueden encontrar de todo el reino alauita. Se extienden por todas sus laderas. Omar es el cabeza de familia de una de estas plantaciones. “En agosto empezamos a recoger, luego dejamos secar todas las plantas en la casa, dentro, y cuando ya está lista la trabajamos: se apalean para sacar de ellas la sustancia, se filtra y se vuelve a apalear”. Un ritual que se repite estos días en muchos hogares marroquíes, desde Ketama hasta Alhucemas.

Los cultivos de Ketama son los más antiguos, explica a ACN Press Chakib Al Khayari, presidente de una asociación que trabaja por el desarrollo del norte de Marruecos. “Allí eran legales las plantaciones durante la época colonial española y desde entonces no se han tocado; las autoridades marroquíes luchan contra el cultivo del cannabis pero son más firmes en otras zonas donde los cultivos tienen menos tiempo”. Se refiere a zonas como Larache o Alhucemas.

Este año, Marruecos ya ha destruido más de 3.000 hectáreas de cultivo. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos del reino alauita por poner fin a los cultivos, “cada año hay más”, dice Chakib. Para Al Khayari no basta con terminar con las plantaciones sin más. Asegura que el norte de Marruecos ha sido históricamente una región que ha vivido inmersa en el subdesarrollo. “Para luchar contra los cultivos es importante también invertir por el desarrollo del norte y ayudar a los que se dedican al trabajo del cannabis a adaptarse a otras actividades”.

TURISTAS EUROPEOS

El negocio del hachís supone cerca de un 0,50 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) del país, sin contar los beneficios que se obtiene de los turistas que atraen estas zonas. “Por aquí vienen muchos europeos en busca de chocolate”, dice Omar. Es cierto. Chaouen está lleno de jóvenes turistas que además de disfrutar de la belleza de este rincón de Marruecos aprovechan para comprar hachís casi con total impunidad.

Cuando se le pregunta por las ganancias que obtiene de la cosecha, Omar frunce el ceño y dice que “no mucho”. Saca al año unos 35 kilos de hachís, “es muy poco”, insiste sin concretar. Al Khayari coincide con Omar y asegura que “los cultivadores muchas veces viven en la miseria” porque los que se llevan la mayor parte del pastel “son los traficantes”, los que tienen las zodiacs y trasladan la droga.

Marruecos es uno de los principales productores de cannabis de todo el mundo y España la gran puerta de entrada a la Unión Europea del hachís que producen. La mayoría de las lanchas que parten del litoral marroquí cargadas de droga tienen como destino las costas andaluzas y las canarias. Se calcula que cada año salen del reino alauita más de tres mil toneladas de hachís.


la info en alacannabis

http://alacannabis.webnode.com/news/mar ... -el-mundo/

1 comentario

Mohamed -

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